
Por Norberto G. Asquini
La paliza que el peronismo le dio a Javier Milei el domingo en provincia de Buenos Aires fue provincial, pero cómo el presidente se emperró en nacionalizarla, las lecturas sobre su contundente resultado tienen peso para proyectarlas al resto de las provincias pensando en las legislativas de octubre. Esto es un viento de cola para el PJ pampeano y para el gobernador Sergio Ziliotto que se puso al frente de la campaña, un espaldarazo para los radicales críticos que asumieron enfrentar a LLA y un golpazo para los violetas y los macristas que ven caer sus acciones.
La derrota que sufrió el gobierno libertario lo dejó desteñido para octubre. Milei quedó entrampado en jugar fuerte en la elección bonaerense, sin pensar que el desgaste y el quiebre de la confianza hacia su gobierno iba a golpearlo en las urnas. Como indica el consultor Carlos Fara, hizo agua en el frente político –derrotas en el Congreso y las coimas de Karina-, en el económico –dólar por explotar y economía planchada- y en el de la opinión pública –desgaste y enojo evidente-. Ahora se le suma el frente electoral.
El resultado que vale (no las bancas que son para la legislatura provincial ni el mapa coloreado que en el interior siempre fue antiperonista) es el de la suma de los votos: 47% a 33%, más de 10 puntos de diferencia. El consultor Gustavo Córdoba había pronosticado unos días antes que el antimileismo tenía mayor volumen que el antikirchnerismo. Y no le erró.
Y, como a la elección la nacionalizaron, ahora se pueden hacer las lecturas desde las provincias y servirá a las distintas fuerzas para calibrar las estrategias de campaña (confirmar o modificar rumbos) hacia octubre.
En el peronismo pampeano festejaron. Se sabe que Milei no deja de autoinfligirse heridas y que lo seguirá haciendo hasta octubre. Sienten que esto les da un envión y que se va proyectando una victoria que hace unos meses era impensada. El triunfo fortaleció al gobernador Axel Kicillof, lo que demuestró, como también ocurrió en Corrientes, la fortaleza también de los gobiernos provinciales ante el presidente. Que el gobernador Sergio Ziliotto se haya puesto al frente de la campaña fue también un acierto para el peronismo que ahora se confirma. Por ahora, si bien Kicillof se consolida como referencia nacional, en La Pampa seguramente irán viendo qué sucede sin abandonar uno de sus capitales políticos como es el provincialismo.